El federalismo fiscal la mejor vía para el desarrollo de México
- Luis Antonio Munguia Rangel
- Nov 16, 2016
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A lo largo de los años que han pasado desde la instauración de la republica después de la dolorosa y llena de gloria guerra de independencia mexicana y la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México (1810-1821), el país ha sufrido grandes cambios en sus estructuras institucionales, tal es el caso de cambios en modelos económicos y por ejemplo de la manera de administración ya sea centralista o lo actual el federalismo.
Según Pliego, I. 2010, “El objetivo del federalismo fiscal es, a decir de los especialistas, entender y definir qué instrumentos y funciones recaudatorias son más conveniente centralizar y cuáles es mejor poner en esferas descentralizadas de gobierno… Dentro de las discusiones teóricas sobre el particular, vale la pena traer a colación las palabras de otro especialista del federalismo, Chanchal Kumar Sharma: mientras el federalismo fiscal constituye un conjunto de principios guías, un concepto guía, que ayuda a diseñar relaciones fiscales entre el nivel nacional y los niveles subnacionales de gobierno, la descentralización fiscal, por otro lado, es el proceso de aplicación de dichos principios”.
Gracias a Pliego, podemos esclarecer el concepto de Federalismo fiscal mexicano y ahora se da cabida a conocer lo que es el Centralismo fiscal, que es una estructura administrativa que se tiene presente en Francia, y con base en ello definir una postura al respecto, y por ende poder crear una opinión a favor del federalismo para México o en caso contrario; inclinarse por un cambio en el modelo.
Según Reyes C.: El centralismo es un sistema de organización administrativa del Estado cuyas decisiones son únicas y emanan de un mismo centro, sin tener en cuenta sobre los que se influye en la mayoría de los casos, éste está dotado de facultades extensas y alejada de las unidades donde se aplican, durante el siglo XIX ha tenido un declive en el mundo, solo se mantiene en Francia. No existe la división territorial del poder político. El gobierno central tiene cobertura nacional y monopolio en todos los aspectos, tiene oficinas de representación en las diferentes localidades, como oficinas.
En este sentido, lo ideal para un país tan grande tanto en territorio como en población la idea de un federalismo que constitucionalmente tenemos presente; como una república representativa, democrática, laica, federal, compuesta de estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior; pero unidos en una federación”, es lo indicado.
Las ventajas del federalismo son varias como la desconcentración del poder, la toma de decisiones de acuerdo a los intereses y necesidades de las personas gobernadas por cada entidad que en un sentido centralista estarían muy alejadas de ser escuchadas y mucho menos tomadas en consideración para su solución, además posiblemente una infinidad de solicitudes por atender.
El marco jurídico referente al federalismo en México parte de la Constitución General de la República, cuyo artículo 40 define el carácter republicano, compuesto de estados libres y soberanos; estos últimos divididos administrativa y políticamente en municipios. Sólo los estados y la federación cuentan con un sistema de división de poderes tripartita, aunque con limitaciones y solo los municipios tienen la autonomía de su hacienda en cuanto administración.
Habiendo dicho lo anterior se puede deducir que México y como lo marca su máxima normatividad responde a un federalismo, no obstante, en algunas funciones se comporta de manera centralista, lo que quizá a beneficiado en algunos ámbitos de gobierno, pero también que con ello se concentra el poderío en unos cuantos y los lleva a tomar posiblemente decisiones que no siguen los principios de eficiencia y equidad.
El federalismo fiscal mexicano, además, parte de un extenso número de organismos que funcionan en coordinación, pero en la mayoría de los casos no muy coherente, tramites, requisitos y formatos describirían el sistema fiscal, burocracia en su máximo esplendor que aunado a una creciente y marcada desconfianza en las instituciones mexicanas ha logra que este sistema de administración del Estado no tenga los frutos esperados.
Por tanto, la postura a favor por este modelo se turnaría también en una sugerencia en la depuración de cargos innecesarios, facilidad en los trámites de hacienda y en la tributación, esta limpieza comenzaría desde las oficinas centrales hasta el mínimo nivel que corresponde a las oficinas de Hacienda en los recintos municipales, la capacitación del personal que logre cumplir los requisitos resultará aunado a lo anterior en un sistema federal más eficiente.
La confianza en este sistema se logrará paulatinamente y con ello se cumplirá con la promesa de un federalismo que vendrá en última instancia a mejorará el bienestar de la población y evitará los vicios del poder a causa de una administración centralizada, en resumen, una reforma que empodere la administración y el gasto de las entidades, pero sin descuidar la redistribución de los ingresos eficientemente.
Referencias
Pliego I. (2010). El federalismo fiscal en México: entre la economía y la política. Noviembre, 2016, de Centro de estudios sociales y de opinión pública Sitio web: Federalismo_Fiscal_Mexico_docto84.pdf.
Yoselin. (2010). El Centralismo. noviembre, 2016, de na Sitio web: http://el-centralismo.blogspot.mx/
Reyes, C. . (2015). Centralismo asfixiante. Noviembre, 2016, de Trinchera, política y cultura Sitio web: http://www.trinchera-politicaycultura.com/ediciones/787/op-02.html
López, G. (2013). ¿Federalismo disfrazado de Centralismo? noviembre, 2016, de Forbes México Sitio web: http://www.forbes.com.mx/federalismo-disfrazado-de-centralismo/#gs.ztyLHUE
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